Detrás de la obra El Conde Drácula tiene SIDA se ponen de manifiesto una serie de temas de actualidad: la homosexualidad, el SIDA y el paso del tiempo, son tratados de forma humorística, logrando atrapar a la audiencia que la presenció en la Sala de Cultura Lizandro Chavez el día 20 de junio.
Luego de muchos siglos de estar encerrado en su ataúd, el Conde Drácula, regresa a cumplir el trabajo asignado por el mismo Diablo (matar), pero este ya ha perdido la vitalidad que poseía. Él, recuerda con nostalgia aquellos días cuando disfrutaba de la pureza de la sangre de mujeres de siglos pasados, recuerda aquellos amores vividos y se frustra al ver como las cosas han cambiado de forma drástica.
En su cuerpo ya corre el SIDA, pero él aun no lo sabe, es hasta el momento cuando viaja hasta San Juan del Sur y que se enamora, y succiona la sangre de una mujer , la cual le agradece con una voz grave de macho el haberla liberado de la enfermedad que la aquejaba.
Esta declaración marca la partida de un nuevo comienzo para el Conde, el cual empieza a liberarse y expresar su homosexualidad que ahora corría por sus venas, lo cual cambia completamente el tono de la obra, pues en sus inicios el se presenta como un hombre "masculino"
El ambiente de la escenografía remontaba a las viejas películas de vampiros, la música remarcaba los cambios constantes en el tiempo que vivió y cuenta el Conde. Todos los asistentes fueron atrapados por el humo de la obra, la temperatura fría de la sala, hacía sentir a los espectadores parte de la obra, mas que verla, se vivió, se disfrutó, y ante todo dejó el deseo de querer verla nuevamente.
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